Septiembre 10, 1997. El comandante en jefe del Ejército Chileno, Augusto Pinochet, es recibido por el obispo chileno Gonzalo Duarte, durante la conmemoración del 24 aniversario del golpe militar que impuso a Pinochet en el poder, desde 1990. /Cris BOURONCLE


Cientos niños chilenos fueron secuestrados y entregados ilegalmente para su adopción en Suecia durante la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, según un estudio publicado en Suecia por el periódico 'Dagens Nyheter'.

Las cifras elevan a 2.100 adopciones entre 1971 y 1992, de las que 1.700 corresponden a la vía abierta por Pinochet con la ultraderecha sueca.

El epicentro de los secuestros y entregas sería la Sociedad Suecia-Chile, una asociación de dirigida por el ultraderechista Ulf Hamacher que lograba que el Centro de Adopción de la Sociedad Sueca para el Bienestar Internacional del Niño chileno pudiera entregar información positiva del régimen chileno a los núcleos familiares que solicitaban la adopción.

La investigación tiene como base los hallazgos de la doctora en historia de la Universidad Austral chilena Karen Alfaro y del docente de historia y estudiante de un doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona, José Luis Morales, que analizaron la documentación diplomática de la Embajada chilena en Suecia y archivos del Fondo Suecia del Archivo General Histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile y del Fondo del Ministerio de Justicia del Archivo Nacional de la Administración, entre otras fuentes.

Según la investigación, las altas esferas de la dictadura chilena aceptaron secuestrar y enviar al país escandinavo a miles de niños que fueron dados en adopción con el objetivo de romper el aislamiento diplomático del régimen.

"La Junta Militar en Chile utilizó la adopción internacional a Suecia en una campaña de influencia política", destaca el trabajo de investigación.

La Sociedad Suecia-Chile buscaba mejorar la imagen de la dictadura chilena en Suecia mediante gestos humanitarios como buscar un futuro mejor a niños que supuestamente habían sido abandonados cuando en realidad habían sido secuestrados.

Las primeras denuncias de adopciones ilegales llegaron en 2004 por los trabajos de la periodista Ana María Olivares. Desde 2018 existe una investigación en Chile, a cargo del juez Mario Carroza, que se centra en la adopción irregular de niños chilenos durante la dictadura de Pinochet.

El Gobierno sueco ha reaccionado a través de su ministra de Asuntos Sociales, la socialdemócrata Lena Hallengren, quien ha anunciado una investigación para documentar posibles "irregularidades" en las adopciones internacionales desde Chile.